Rimbaud y el poeta borracho.


y el poeta borracho insultaba al universo

Tras esta simple frase se esconde todo un universo, valga la redundancia, sobreponerse al desencanto para mantener una ilusión. Esta entrada enlaza de alguna manera con mi anterior publicación Fuego y Destrucción. Veamos la historia:

Esta enigmática frase pertenece a un verso de un poema del gran Arthur Rimbaud, de quien poco hace falta que se diga, que un día me encontré leyendo una biografía sobe Jim Morrison, el cantante que quería ser escritor pero que tuvo la desgracia de ser un sex-symbol, por lo que nadie le hizo mucho caso como escritor, obligando a las letras a salir en forma de canciones para calmar sus ansias literarias. Jim podría ser una especie de reencarnación Rimbaudiana, pues en muchos aspectos son personajes paralelos, un tema siempre interesante que se trato en I’m not there con Dylan, siendo Rimbaud y Morrison dos de esas vidas paralelas, aunque no están nombrados de manera explícita se sobreentiende quienes son.
Foto de Jim Morrison en blanco y negro, puesto de perfil mirando de frente a la cámara
Pero no nos desviemos del tema, cuando siendo un tierno y joven adolescente leí aquella frase, me impactó por esa fuerza metafísica que transmitía, cómo un poeta puede llegar a insultar al universo, era algo como equipararse a un ser superior, a estar por encima de lo humano y de lo divino, así que ese poeta borracho se convirtió en un Nick hasta ir evolucionando y convertirse en un alter ego que utilizo para temas de internet como forma de pseudoanonimato, y para cuando, en confianza, cae alguna cerveza de más.
Así pues decidí indagar en la figura de aquel escritor y buscar sus poemas en los albores de una incipiente internet, previo al efecto 2000 e incluso me atrevería a decir, previo al omnipresente Google, esto es importante pues el internet de 1998 no es el mismo de hoy día, y no había tanta información. Encontrar a Rimbaud fue fácil, pero tras leer y leer, ni rastro de ese verso que tanto me maravillaba, acudí a librerías, surqué las aguas en un barco ebrio, leí la correspondencia del vidente, redescubrí las vocales y éstas me iluminaron hasta terminar pasando varias temporadas en el infierno, pero ni rastro de aquel maldito verso, por lo que exausto de tanta búsqueda infructuosa, desistí del proyecto durante algún tiempo, aunque de vez en cuando dejaba alguna preguntilla en foros por si alguien conocía el verso y el poema.
The years go by, como cantaba Sam en el Rick’s café, y ya en el 2007 me topé con una revista literaria, La máquina del tiempo, y una web con un montón de escritores y poetas malditos, entre ellos Rimbaud y mi venerado Bukowsky, pero el poema seguía sin estar, así pues decidí escribir al director de la revista, un hombre llamado Hernan A. Isnardi y contarle mi historia, y cual fue mi sorpresa que no sólo conocía el poema, sí no que además me lo envió por correo, y claro, era un poema raro, apenas conocido, que para más inri, era el último de su Poesía completa. Hagamos ahora un breve parón y dejemos que hable Rimbaud. El poema es el siguiente:

LA QUEJA DE LOS TENDEROS

Que entre en la tienda, cuando la luna resplandece.
En sus vidrieras azules.
Que agarre ante nosotros la achicoria enlatada.

……………………………………………………………………¿Son, acaso,
……………………………………………………………que se vacían?
……………………………………………………………………………¡No!
Es un jefe de cocina que ronca como un trombón.

………………………………………………Entre oros, cuarzos y porcelanas.
………………………………………………………………vulgar orinal,
relicario indecente de viejas castellanas,
corva sus flancos púdicos sobre caoba real.
¡Oh! ¡las viñetas perennillas!1
Ebrio, el poeta injuria, gritando, al Universo.2
Llueve, dulcemente, sobre la ciudad.3
¡Cuidado con ella, oh, mi vida ausente!.4
La clara luna, al dar las doce el campanario...5
[1] Perennes, pero con perennidad chiquitita. A Ronsard, el poeta del siglo XVI, le gustaba mucho crear adjetivos de esta guisa.
[2] No hay que pensar en metafísicas; se trata de un simple café de Charleville.
[3] Verso que sirve de epígrafe al famosísimo poema de Verlaine: «II pleure dans mon coeurs / Comme il pleut sur la ville.. » (Llueve en mi corazón /como por la ciudad...)
[4] Verso que aparece en el reverso del manuscrito del poema Paciencia.
[5] Aparece autocitado en Noche de infierno y, por Verlaine, en su libro Paralelamente.

Los versos dicen así: et le poète soul engueulait l'univers es decir: Ebrio, el poeta injuria, gritando, al Universo. Como se puede ver en las notas al pie, el susodicho verso carece de toda intención metafísica y encima estaba mal puntuado. Comparemos:

El poeta borracho insultaba al universo.
Ebrio, el poeta, insultaba al universo.

Aparentemente son iguales, cambia algún detalle, pero claro, esos detalles son que borracho tiene mucha más fuerza que ebrio, y la otra son las dos comas que convierten a borracho en un adjetivo circunstancial, es decir, estaba borracho en un momento dado, mientras la primera traducción el adjetivo es perenne, siempre está borracho, como una cualidad intrínseca del poeta, y eso me gustaba; finalmente resultó que el universo no era más que una cafetería donde se reunían los principales poetas e intelectuales de la de época. Este descubrimiento me supuso una gran decepción literaria, toda la grandilocuencia metafísica que mi cabeza había formado se transforma en la banalidad de una pataleta porque no reconocen tu talento desbordante. Así que decidí quedarme con mi interpretación y continuar siendo ese poeta borracho que insultaba al universo.
Toda una historia derivada de un error de traducción y una mala interpretación de un verso. Tampoco sabría decir si esto es una buena o mala traducción, pero es la que tengo y la que aparece por internet, con todo le he dado unos pocos retoques comparándolo con otro trozo traducido diferente.

Actualización: en este enlace, Jim Morrison: el poeta borracho que insultaba al universo, que pertenece a una revista literaria llamada Las dos Castillas, en la que participo de vez en cuando, podéis leer un poco más sobre el tema del poeta borracho, pero desde otro punto de vista enfocado en Jim Morrison y su obra poética, pero que enlaza con esta publicación por medio del susodicho poema, y que en parte me animó a escribir esta entrada, pues sé que suscita bastante curiosidad.

Y que mejor manera de rematar la universalidad de un poeta universal que es capaz de insultar al universo, que con el homenaje que Lagartija NIck, mi ojito derecho, mi izquierdo y mi todo, hacen precisamente a todo lo universal, como Dylan.

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2 comentarios:

  1. Historia mas que interesante!. Creo que puedo imaginar lo que sentiste al descubrir que era una traduccion erronea. Me paso a medida que leia el post. Ciertamente, la primer frase tiene todo un sentido metafisico, y la correcta pierde toda esa fuerza dejandonos en manos de la realidad, lo cotidiano. Pero -al igual que tu- me quedo con lo que mas importa: lo que esas palabras producen en nuestro interior es lo que vale, puesto que todo el arte es subjetivo. Y sabemos que lo importante es "como sientan y proyecten nuestros lectores, cada uno de nuestros escritos". Muy buen post! Saludos!

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    1. Muchas gracias Sil, me alegra un montón que te hayas pasado por aquí.
      La gracia también es que explicar semejante rollo ha alguien que no conoce a Rimbaud, y que ni siquiera lee habitualmente me resulta siempre un poco violento, 'pero oye, tú has preguntado, ahora te aguantas', pero aún así, me incomoda, así que ahora les puedo decir, 'ir a mi blog y leer el post, que ahí lo explico muy bien', jajaja. Saludos etílicos.

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