
¿Quién mató a Laura Palmer?, a la que seguro Lost debe mucho, sí no todo; esta serie, masacrada impunemente por las televisiones y por telecinco en particular, emitida en horarios infames, nos brindó una pléyade de personajes a cada cual más pintoresco, como un David Duchovny no tan conocido haciendo de detective transexual, pero el mejor de todos apareció en el segundo capítulo, justo al final, para revelarle al protagonista quien era el asesino.
Una vez más todo es perfecto y raro, las voces fueron grabadas al revés para ser reproducidas al revés y quedar así en el orden correcto creando ese efecto tan peculiar, un enano vestido de rojo, en una gran sala roja y vacía, con cortinas rojas bailando al son de una melodía jazz tras decirle al agente Cooper unas cuantas frases crípticas, y a su lado, una chica idéntica a Laura Palmer, vestida con un largo vestido negro, seductora, le susurra al oído quien mató a Laura Palmer, y se remata la faena con el enano bailando la melodía mientras los créditos van apareciendo, hay que destacar la afición de David Lynch por el jazz, pues es una música con bastante importancia en ambas historias, sus bandas sonoras siempre han corrido a cargo de Angelo Badalamenti y suelen contener varias piezas de música jazz.
Toda esta escena rezuma misterio y cierta sensación de ponerte los pelos de punta, y ya no volverá a aparecer hasta el momento final de la serie, en el mismo lugar lleno de secretos, en una esotérica secuencia de cerca de veinte minutos que Lynch dirige de forma brillante manteniendo un firme pulso narrativo y resumiendo de algún modo todo lo que había sido la serie y el misterioso asesinato de Laura Palmer en aquel pequeño pueblo lleno de oscuros secretos.
estáis de suerte, ese chicle que tanto os gustaba volverá a ponerse de moda, en relación a unas palabras que dice el enano que no parecen tener mucho sentido.
Quería aprovechar la actualización para desmentir algunos comentarios erróneos que circulan en la red sobre la serie, especialmente en lo referente a la dirección, pues siempre se señala que la segunda temporada es inferior porque no la dirige Lynch. Eso en parte es cierto, pero Lynch dirige los dos primeros capítulos de la segunda temporada, luego cede la dirección y el guión, haciendo una aparición estelar allá por el sexto capitulo en forma de agente del F.B.I enviado para ayudar a Cooper; aunque también las presiones de la cadena ABC por la baja audiencia fueron culpables del decaimiento progresivo de la serie, en un alargar lo ya resuelto precipitadamente. Pero es que resulta que la primera temporada tampoco la dirige él, tan solo unos cuantos capítulos, y la primera temporada no decae en absoluto, por lo que deducimos que la dirección no es un factor intrínseco del decaimiento de la serie, sino más bien una suma de factores.
Quien si logra ponerte los pelos de punta es el segundo personaje, hablamos ahora de Carretera perdida, una obra que me marcó y que me fascina su oscurantismo sórdido y malsano, he tenido largas y apasionadas discusiones sobre esta cinta con mi amigo Jimmy quien la odia por absurda, rara y desagradable, sin alcanzar apenas puntos de consenso. Esta vez un músico de jazz va recibiendo vídeos sobre un asesinato que se producirá en su casa y en el que está implicado sin saberlo todavía, una vez en una fiesta aparece un tipo extraño con la cara blanca y totalmente de negro se acercará a saludar al músico dando lugar a uno de esos momentos que no sabes si sentir miedo, admiración, o frustración, no sabes si son momentos surrelistas a secas, o si tienen algún significado oculto que debes entender, seguramente las tres cosas.
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