Secundarios marginales II

Seguimos con esta segunda entrega de secundarios marginales, esos personajes capaces de generar gran impacto con escasa participación en las obras, aquí puedes ver la primera entrega, y en este post vamos a centrarnos en dos personajes y un director, el director es David Lynch y los personajes secundarios son…
Enano de Twin Peaks bailando
El primero pertenece a una serie mítica, y no hablo de Lost, Dios me libre, y es que las series, hoy día se han convertido en la gallina de los huevos de oro, son el lugar al que el mercado audiovisual centra su atención, y en parte es gracias a Lost a la que se debe tal auge, pero antes de Lost también había series, y algunas muy buenas, incluso de misterio, capaz de mantener esa sensación de inquietud y de querer ver el capítulo siguiente, efectivamente hablo de Twin Peaks, y su ¿Quién mató a Laura Palmer?, a la que seguro Lost debe mucho, sí no todo; esta serie, masacrada impunemente por las televisiones y por telecinco en particular, emitida en horarios infames, nos brindó una pléyade de personajes a cada cual más pintoresco, como un David Duchovny no tan conocido haciendo de detective transexual, pero el mejor de todos apareció en el segundo capítulo, justo al final, para revelarle al protagonista quien era el asesino.
Una vez más todo es perfecto y raro, las voces fueron grabadas al revés para ser reproducidas al revés y quedar así en el orden correcto creando ese efecto tan peculiar, un enano vestido de rojo, en una gran sala roja y vacía, con cortinas rojas bailando al son de una melodía jazz tras decirle al agente Cooper unas cuantas frases crípticas, y a su lado, una chica idéntica a Laura Palmer, vestida con un largo vestido negro, seductora, le susurra al oído quien mató a Laura Palmer, y se remata la faena con el enano bailando la melodía mientras los créditos van apareciendo, hay que destacar la afición de David Lynch por el jazz, pues es una música con bastante importancia en ambas historias, sus bandas sonoras siempre han corrido a cargo de Angelo Badalamenti y suelen contener varias piezas de música jazz.
Toda esta escena rezuma misterio y cierta sensación de ponerte los pelos de punta, y ya no volverá a aparecer hasta el momento final de la serie, en el mismo lugar lleno de secretos, en una esotérica secuencia de cerca de veinte minutos que Lynch dirige de forma brillante manteniendo un firme pulso narrativo y resumiendo de algún modo todo lo que había sido la serie y el misterioso asesinato de Laura Palmer en aquel pequeño pueblo lleno de oscuros secretos.
Actualización: a los pocos días de la publicación de este post se hizo pública la grabación de nueve episodios más de Twin Peaks, escritos por la pareja Frost Lynch y dirigidos por este último, una especie de tercera temporada, y una de las frases con la que comenzó la rumorología y la especulación en twitter fue estáis de suerte, ese chicle que tanto os gustaba volverá a ponerse de moda, en relación a unas palabras que dice el enano que no parecen tener mucho sentido.
Quería aprovechar la actualización para desmentir algunos comentarios erróneos que circulan en la red sobre la serie, especialmente en lo referente a la dirección, pues siempre se señala que la segunda temporada es inferior porque no la dirige Lynch. Eso en parte es cierto, pero Lynch dirige los dos primeros capítulos de la segunda temporada, luego cede la dirección y el guión, haciendo una aparición estelar allá por el sexto capitulo en forma de agente del F.B.I enviado para ayudar a Cooper; aunque también las presiones de la cadena ABC por la baja audiencia fueron culpables del decaimiento progresivo de la serie, en un alargar lo ya resuelto precipitadamente. Pero es que resulta que la primera temporada tampoco la dirige él, tan solo unos cuantos capítulos, y la primera temporada no decae en absoluto, por lo que deducimos que la dirección no es un factor intrínseco del decaimiento de la serie, sino más bien una suma de factores.
Quien si logra ponerte los pelos de punta es el segundo personaje, hablamos ahora de Carretera perdida, una obra que me marcó y que me fascina su oscurantismo sórdido y malsano, he tenido largas y apasionadas discusiones sobre esta cinta con mi amigo Jimmy quien la odia por absurda, rara y desagradable, sin alcanzar apenas puntos de consenso. Esta vez un músico de jazz va recibiendo vídeos sobre un asesinato que se producirá en su casa y en el que está implicado sin saberlo todavía, una vez en una fiesta aparece un tipo extraño con la cara blanca y totalmente de negro se acercará a saludar al músico dando lugar a uno de esos momentos que no sabes si sentir miedo, admiración, o frustración, no sabes si son momentos surrelistas a secas, o si tienen algún significado oculto que debes entender, seguramente las tres cosas.
Este siniestro caballero aparecerá unos breves segundos hacia mitad de la película, en un momento clave, para retornar hacia el final, pero no mucho más, quién o qué es este personaje es algo que cada uno debe tratar de entender por sí solo, no hay respuesta clara, hay numerosas explicaciones basadas en el psicoanálisis, pero no dejan de ser opiniones subjetivas, lo mejor es verla, y más de una vez y después intentar darle un significado. A modo de anécdota, el actor Robert Blake, que interpreta a este hombre misterioso, fue un par de años más tarde acusado, juzgado y absuelto de matar a su esposa, lo que en cierto modo resulta paradójico pues el asesinato de la esposa por parte de un músico de jazz (otra vez el jazz) es el eje principal sobre el que gira la historia, curioso, ¿no?. Esta película vino cinco años después de la precuela de Twin Peaks: Fuego, camina conmigo tras esta locura, Lynch sorprendió con una sencilla historia sobre las cosas que verdaderamente importan, un viaje de unos quinientos kilómetros en tractor para ver a un hermano enfermo con el que hace diez años no te hablas, y ya en 2003 llegó Mullholand Drive, igual de extraña he inescrutable, o incluso más, pero de gran éxito comercial. Lynch ha creado numerosas obras maestras, emuló a Un perro andaluz de Buñuel y Dalí y cima del surrealismo, en Terciopelo Azul con la oreja y las hormigas, y aunque se pueda disertar largo y tendido sobre estas obras, será algo que tengamos que hacer en el futuro o en algún otro lugar, por el momento, es suficiente.

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