Silencio y oscuridad te inundan, tres robustos pies sujetan tu caparazón hecho con las más nobles maderas que hábiles manos han moldeado desde tiempos remotos. Se proyecta entre concavidades y convexidades formando una sinuosa figura de frente plana, adornada en ocasiones
con su propio nombre incrustado en el color dorado con el que se escriben los nombres de los antiguos dioses griegos. Cuando su gran boca se abre deja al descubierto una infinita hilera de blancos dientes perfectamente alineados que ven contrastada su pacífica armonía con la abisal negritud sostenida de los bemoles, estrechos, sobresalientes, elevándose, queriendo destacar por encima de la nívea monotonía para terminar formando un perfecto conjunto de maravillosa complementación, pues ambas partes son conocedoras de los milenarios secretos de la alquimia y se necesitan mutuamente para invocar tan seductoras artes, golpeando con precisión nuclear las tensas cuerdas que alberga el interior de su cuerpo, vibrando en el aíre entre maderas resonantes cuando el martillo ejecutor realiza su trabajo con la eficiencia característica. Una vez el sortilegio es conjurado se proyecta al exterior impulsado por una larga pared que se eleva hacia el cielo vertical desde la sinuosa figura de madera, dejando al descubierto su alma, mostrándose desnuda ante los ojos de quien mira en su interior; inclinada hábilmente con la ayuda de una varita que, aunque secundaria en el mágico proceso, juega un papel vital soportando con estoicismo todo el peso de la gran pared de madera, que como los espejos, reflejará las vibraciones viajeras hasta alcanzar los oídos sensibles de aquellos hombres sabios que anhelantes desean ser arrastrados por el poder de su hechizo.
Piano de cola que te hallas poderoso sobre el proscenio luciendo sublime tu esbelta figura bajo el foco que ilumina desde lo alto, erigiéndote protagonista destacando sobre la oscuridad del teatro, acompañado siempre por el fiel escudero que te comprende y escucha, que te siente, que con mimo acaricia con sus pies tus pedales, que toca, con la fuerte suavidad del trueno de seda, tus teclas robustas con sus delgados dedos firmes, logrando siempre obtener lo mejor de tu magia blanca para conquistar a un público devoto que se rinde ante la muestra del más bello de los milagros; la música.
Poesía en prosa, prosa en poesía, objetos cotidianos ensalzados como obras de arte de supina belleza, una descripción, tratar de ver las cosas desde nuevos ángulos, subirnos a la mesa, todo puede ser nuevo si lo sabes mirar, un piano, una ballena, un guijarro, todo está ahí, concentrado en punto que alberga todos los puntos, nosotros somos el filtro, pero no siempre sabemos filtrar, para eso hay que aprender, ensayar, probar, y quizás algún día nos demos cuenta en nuestro subconsciente de que vemos las cosas de manera distinta.
En estas confesiones de un poeta borracho doy rienda suelta a mis perversiones más profundas como la poesía, bien creativa, bien íntima; la escritura de relatos cortos, la poesía en la música, reseñas de cine, la literatura, el arte o la pintura.
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Piano de cola
viernes, 7 de noviembre de 2014
Etiquetas:
descripciones literarias,
poesía descriptiva,
poesía en prosa
Gracias, muy interesante y educativo de una forma subliminal. Me atrajo a leerlo, el título y hasta miré el video: buenísimo
ResponderEliminarJo, muchas gracias, me vas a sacar los colores, de hecho estoy rojo ya, me alegra un montón que te haya gustado y que lo consideres educativo, para mí de algún modo también lo es, pues lo escribí para un taller de escritura.
EliminarUn saludo y gracias por leerme.
Genial, yo también estuve en un taller de estos,lo pasaba fatal cuando tenía que leer en alto mis escritos,pero me ayudó mucho a soltarme. Me ha gustado muchísimo,enhorabuena.
ResponderEliminarMuchas gracias Sara, yo lo pasaba fatal cuando me tocaba soltar los 30 pavos del curso, por eso estuve sólo mes y medio, y las correcciones eran bastante lentas. Pero la verdad es que si ayuda a soltarte, en mi caso es más pereza que otra cosa, el pensar sobre que ... escribo es lo que me mata, por eso creé el blog, para obligarme, bueno, y por ver temas de analítica web que me gusta.
EliminarWaooo, al leerlo, ya el piano tomó vida, dejo de ser ese cajón de madera que produce música, se convirtió en alma. Que bien!!!
ResponderEliminarVaya, me alegra que lo veas así, en parte de eso se trataba, era dejar de ver las cosas como las vemos habitualmente, yo también creo que no quedó del todo mal.
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